Si hay un deporte en el que el factor económico tiene un rol preponderante, ese es el automovilismo. En un país sumergido en intensas crisis durante las últimas décadas, las complicaciones en ese sentido llegan a truncar carreras prometedoras en el ambiente “tuerca”. Y los que tienen vigencia, reconocen que el esfuerzo es casi titánico para conseguir un presupuesto acorde a las aspiraciones de cada uno. Desde hace varias temporadas ya, Pablo Ortega aspira a lo más alto: ser campeón en la Clase 2 del Turismo Nacional.
En 2023 estuvo muy cerca ya que llegó con chances a la última fecha. El próximo año firma ya si es que le proponen que pase lo mismo; pero claro está, el ideal sería que antes se cumpla el anhelo que persigue desde 2012 y sin tanta incertidumbre como la que se pronostica. “Enero será un mes muy importante. Ya hay señales que no son positivas por cómo viene todo”, dice el ganador del premio LA GACETA en automovilismo.
Lo real es que Ortega tiene su lugar en la butaca izquierda del VW Gol Trend que tan bien condujo desde la fecha tres, a las órdenes del Procacitto Racing. El rendimiento del piloto no deja dudas, pero conseguir el presupuesto que asegure todo el calendario es incierto; principalmente por la inestabilidad que impide proyectar. “Lamentablemente, tengo que seguir esperando. Los equipos no pasaron precio, o sea que al día de hoy no puedo decir ni sí, ni no. Por más que quiera decir sí el día de mañana salen con un precio que es inalcanzable y no voy a estar presente. Creo que mediados de enero será clave; voy a hacer todo lo posible para estar en la primera por lo menos”, desea “Pabloso”.
La última temporada del Turismo Nacional tuvo un total de 12 fechas en diferentes puntos del país. Vale recordar que es de las divisionales más federales, con un nutrido parque de vehículos y un formato de competencia en el que se suman puntos no sólo en la carrera final. No competir en una fecha puede ser lapidario si las aspiraciones son las de ser campeón. Por eso la importancia de planificar a largo plazo en el caso de Ortega. “Ya son muchos años que estoy en el automovilismo en distintas categorías. Nunca tuve muchos años continuos de una buena manera, siendo competitivo. Siempre era un año bueno y otro cortado. Este año terminó siendo muy positivo para haber perdido tantos puntos al inicio”, analizó el ganador de las carreras de Posadas y La Pampa. “Nunca sabés cómo será la próxima temporada porque podés terminar muy bien el año, con el mejor equipo, el mejor auto, y al siguiente no andar bien o andar mucho mejor. Y también los reglamentos pueden cambiar. Así que hay que esperar, hacer todo lo posible para ir a la primera carrera y obviamente conseguir el presupuesto anual”, agrega.
Tras ser galardonado por tercera vez en la Fiesta del Deporte y haber protagonizado dos triunfos de amplia repercusión en la categoría, el rostro de Ortega empieza a ser más familiar en cualquier parte. Sin embargo, a esas situaciones no las maneja tan bien como al auto. “Me cuesta un poco. Suelo ser más bien perfil bajo. Nunca me la creo, inclusive hasta cuando ganaba una carrera siempre decía: “me faltó mejorar en algo’”, cuenta sobre la exigencia que se hace. “Tampoco es que sea tan conocido; pero me pasa que en algún bar me reconocen y obviamente que me acerco a charlar. Me gusta, me hace sentir bien; son los momentos en los que me acuerdo que soy piloto también”, relata con felicidad el papá de Catalina.
¿Y hasta cuándo “Pabloso” se ve como piloto? La respuesta se da entre risas. “Siempre será hasta que dé el presupuesto porque si hablamos de lo físico el ‘Gurí’ Martínez o Guillermo Ortelli siguen corriendo”, sentencia en referencia a los pilotos que tienen más de cinco décadas. “Mientras siga siendo un negocio voy a seguir. Yo amo el automovilismo, ya hice muchas locuras de correr dos categorías al año, y en el medio también probar otra. Fueron épocas buenas porque físicamente me sentía mucho mejor que ahora. Sin embargo, sentí que este año fue muy bueno, de mucho sacrificio y que va a quedar muy bien recordado”, cierra el piloto de 31 años, decidido a ir por más si la economía se lo permite.